Cuando decidimos casarnos y se lo dije a Tita, automáticamente me confirmó su no asistencia a la boda, según ella ya no está para esos trotes. Al final fue una alegría que justo una hora antes se decidise a venir, y es que al final creo que fue la que mejor se lo pasó entre pasteles y gin tonics disfrazados en vasos sugerentes.
Esta de la foto no es mi tía abuela, pero podría serlo como cuaquiera de vuestras abuelas.
Esta de la foto no es mi tía abuela, pero podría serlo como cuaquiera de vuestras abuelas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario